PSOE y PP agitan el voto del miedo
sábado, 24 de marzo de 2012
Griñán, Rubalcaba y González piden a los andaluces que resistan a la ola de la derecha
El PP no oculta la euforia y reclama acabar con el "color tenebroso"
Dentro de 24 horas los andaluces también habrán adelantado el reloj una hora y tendrán que decidir si Andalucía sigue siendo una isla roja, como desde hace 30 años, o si apostarán porque la marea azul llegue al único sitio donde jamás ha podido penetrar la derecha. El PP de Javier Arenas está a un tiro de piedra de lograr lo que lleva tres décadas persiguiendo, el Gobierno de la Junta de Andalucía; y el PSOE andaluz de José Antonio Griñán está a igual distancia de probar una medicina con un sabor desconocido para su paladar, el de la derrota.
De islas y colores, de resistencia, hablaron ayer los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía en el último día de la campaña andaluza, la más competida de las nueve que se han celebrado. Los socialistas salieron en tromba con sus primeros espadas, José Antonio Griñán, Alfredo Pérez Rubalcaba y Felipe González, a pedir a los andaluces que frenen a la derecha, para que Andalucía quede como contrapeso a las políticas de Mariano Rajoy y reiniciar desde aquí la recuperación del PSOE en toda España.
Arenas homenajea a Hernández Mancha, Puche y Teófila Martínez
Los populares, con Arenas y el presidente del Gobierno al frente, reclamaron el apoyo para acabar "con el color tenebroso del paro, los abusos y el derroche" y con un Gobierno al que "se le teme", dijo el aspirante popular.
Griñán decidió prescindir de los principales referentes históricos de su partido en su primera experiencia electoral como líder. Hasta el viernes, el último día. Primero en Córdoba y luego en Sevilla estuvo con el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con el expresidente Felipe González. Los tres hicieron llamamientos a aguantar la ola conservadora que inunda Europa, afirmaron que tras las elecciones vendrán más recortes que ahora los populares "ocultan" por puro cálculo electoral y apelaron a la resistencia. "No quiero que Andalucía entre en la rueda de la trituradora del conservadurismo, sino que la resistencia se produzca en mi tierra", dijo González. Este intentó trasladar a los asistentes a los actos de Córdoba y Sevilla —los dos únicos grandes mítines de Griñán en la campaña— la trascendencia de lo que decide mañana domingo. "Nos estamos jugando una partida decisiva", dijo con gravedad, aunque a renglón seguido se echó a reír cuando expresó su deseo de "verles la cara que se les puede poner" a los dirigentes del PP si pierden.
González comparó el "acoso" de los medios de comunicación de la derecha a Griñán con la etapa que él vivió en 1996. "Están haciendo todo el ruido posible para desmoralizar a mis paisanos", dijo González, quien no rehuyó el tema de la corrupción. "A mí me pasó en 14 años, a nosotros nos sale algún corrupto y al PP, algún honrado", señaló. Rubalcaba, que afronta sus primeras elecciones como líder federal del PSOE, insistió en el mensaje de la "trituradora" y advirtió que la derecha pretende "un ajuste de cuentas con el Estado de Bienestar".
Frente al ambiente de defensa épica en el PSOE, en el mitin final del PP la victoria se daba por segura, sin vuelta atrás, sin ninguna duda. "Andalucía se unirá el domingo al cambio de España", proclamó Arenas, quien se ve ya como presidente andaluz en su cuarto intento como candidato. Arenas no se olvidó de los que le precedieron en esta carrera casi sin fin de 30 años en la oposición: Antonio Hernández Mancha, Gabino Puche y Teófila Martínez.
Para minar el ánimo de Griñán, Rajoy contó que ayer coincidió en el AVE "con el líder de la oposición" y con un "expresidente del Gobierno", en alusión a Rubalcaba y a González. Y relató: "Discrepo con ellos de muchas cosas, pero los tres coincidimos en la opinión que tenemos del candidato del PSOE a la presidencia de la Junta". Y ahí paró.